El concepto de empresa ya no es concebido como el de un lugar que solo produce algo para ganar dinero. En la actualidad es, o debe ser visto, como un espacio global y adaptable ante los cambios. A este concepto se le llama empresa 3.0.
Algo que contribuyó a que este concepto se acuñara fue sin duda la llegada de la era digital, pues ésta replanteó muchos criterios.
Uno de dichos conceptos fue el de ya no ver a la gente como un mero recurso para la obtención de ganancias, sino como parte fundamental de la empresa.
Es así que surgen términos integrales como colaborador o cliente interno que van a sustituir al de empleado, pues reduce a la persona a ser un medio de producción que se desempeña, bien o mal, a cambio de un sueldo.
Gracias al surgimiento de la empresa 3.0 es que el recurso humano se vuelve prioritario y éste, al sentirse valorado, mejora su desempeño y contribuye a que las ganancias de la empresa se vean reflejadas más allá de lo económico.
Este criterio no es de ahora, pues desde 2014, quizá un poco antes, se ha venido manejando; aunque hoy cobra especial protagonismo dado los cambios que estamos viviendo en lo tecnológico y empresarial.
Un cambio benéfico
Antes, el colaborador era visto de una manera rígida: debía limitarse a cumplir con la función que dictaba su puesto de trabajo.
En la actualidad se espera que quienes integran la empresa 3.0 nutran a ésta con sus ideas; es decir, se requiere que el colaborador piense y aporte.
Se ve a los miembros como seres deseosos de compartir información que ayude a generar un crecimiento en la empresa, tanto en el mundo virtual como físico.
Empresa hiperconectada
La tecnología es clave en la empresa 3.0. Se debe escoger con sumo cuidado las estrategias y canales de comunicación que se usarán dentro de la misma.
Para una estrategia online se puede recurrir a canales profesionales como Slack o Gmail para empresas y permitir al usuario de la cuenta o perfil que defina su perfil con la mayor libertad posible.
Un ejemplo de lo anterior se puede ver en la creación de avatares en los perfiles de tus colaboradores y en la breve descripción que estos pondrán a la hora de definirse a sí mismos.
Sin embargo, la empresa 3.0 no solo estará conectada online, sino también offline, pues el espacio físico es clave para que todo marche sobre ruedas.
La distancia entre los escritorios, el tamaño y funcionalidad de los espacios, la comodidad de un área de cafetería o comedor, entre otros factores, influyen en la percepción del colaborador para con la empresa.
Ecosistema organizacional
Este criterio, acuñado por James Moore, consiste en la interacción de empresas en comunidades para disminuir su dependencia de recursos o para atender problemáticas urgentes de carácter social.
Un ejemplo claro de ecosistema organizacional o ecosistema de negocios es el de Starbucks.
La conocida empresa de la sirena y el café hizo un trato en 1993 con las librerías Barnes and Noble para vender su producto dentro de las sucursales de la ya mencionada librería.
Tres años más tarde, Starbucks se asoció con PepsiCo para que embotellara sus bebidas frías a base de café.
Ambas alianzas fueron exitosas, pues las dos compañías tuvieron la visión para trabajar de manera conjunta y asegurar no solo ganancias, sino la aceptación del consumidor.
Panorama prometedor
El futuro es alentador, pues la tendencia indica que las empresas tendrán que volverse cada vez más humanas. Criterios como el de cliente interno y embajador interno de marca cobrarán cada vez más fuerza.
La empresa 3.0 es ya una realidad y quienes pretendan sobrevivir en el mundo de los negocios tendrán que cambiar de mentalidad cuando de ser empresario se trate.
Por todo ésto y más, te invitamos a que te cuestiones, ¿estás listo para ser parte de la empresa 3.0?
