El contador público ante la era digital

En la actualidad encontramos innumerables apps de contabilidad para llevar nuestras finanzas personales. Esto ha ocasionado que en algunos círculos se diga que el contador público podría quedar de lado y hasta ser obsoleto en un futuro no muy lejano, gracias a los avances de la llamada era digital.

El manejo de la contabilidad cambió cuando el comercio electrónico se hizo tendencia y obligó a que cada vez más trámites de carácter financiero fueran digitalizados.

Esto ha repercutido no solo en contabilidad y finanzas, sino en áreas como por ejemplo:

    • Mercadotecnia
    • Publicidad
    • Ventas
    • Servicio al cliente
    • Recursos humanos
    • Administración
    • Educación, entre otras.

Con base en lo anterior es que ya encontramos programas cada vez más intuitivos que calculan el ISR, las retenciones de nómina y contribuciones al Seguro Social.

Aquí surge entonces la pregunta: ¿la era digital implica el fin del contador público y su profesión? La respuesta es un rotundo NO.

El contador público en la historia

Vayamos por partes. Grandes culturas que han dejado huella en los avances de la humanidad han utilizado la contabilidad y por ende al contador, incluso desde antes del nacimiento de Cristo.

Se sabe que en Grecia existieron los primeros libros contables los cuales eran llevados por los representantes de los templos.

Sin embargo, fue en Mesopotamia, donde con ayuda de tablillas de barro, comenzó la práctica de la contabilidad con el código de Hammurabi.

Por su parte, la civilización maya, una de las más organizadas e innovadoras, utilizó un sistema de nudos para llevar un registro más eficiente de sus cuentas comerciales.

Legado de Paccioli

Cabe recordar que la contabilidad en sí marcó un antes y un después en la historia del mundo con el nacimiento de la partida doble, desarrollada por el italiano Fray Lucca Paccioli.

Dicho concepto trajo estabilidad y constituyó la piedra angular de la contabilidad al establecer conceptos como crédito y débito, pues no puede haber deudor sin acreedor.

Por si fuera poco, la contabilidad fue protagonista en eventos de gran calibre como la Revolución Francesa y la Revolución Industrial.

Fue entonces que el oficio de contador cobró tanto auge y respeto que a principios del siglo XX comenzarían a formarse las primeras asociaciones de estos.

La era digital, un reto, mas no el fin

La digitalización no tiene por qué ser considerada o vista como una enemiga, sino como una oportunidad que irá más allá de la adaptación.

El contador público deberá mostrarse abierto a los cambios y entender que su papel es ya mucho más que solo registrar cuentas en libros.

Su trabajo es ya el de un consultor que está para, además de solucionar las crisis financieras, prevenirlas y hasta predecirlas con ayuda de software especializado.

¿Es el fin?

Lo que sí es un hecho es el fin de los despachos de contadores como los conocemos y quedamos frente a un concepto más innovador:

Las empresas de servicios profesionales multidisciplinarios, también llamadas servicios globales integrados de soluciones de negocios.

Como su nombre lo indica, este concepto va más allá de revisar estados financieros, pues bajo estos esquemas incluso se ofrecen servicios antes relacionados con los abogados. Tales como la elaboración de contratos comerciales e incluso trámites migratorios.

Firmas como Deloitte y KPMG, dos de las más famosas firmas contables en Estados Unidos y el mundo, ya hicieron la transición y cuentan con unidades de negocio que ofrecen, entre otros:

    • Servicios legales
    • Asesoría en automatización a empresas
    • Consultoría de negocios
    • Investigación de energías renovables, entre muchos otros.

 

Las tendencias tecnológicas en general influyen en las formas de trabajar de todo profesional y el contador público no será la excepción.

Sin embargo, dicha influencia no tiene por qué ser negativa; por el contrario, puede traer muchos beneficios.

Por ejemplo, la disponibilidad de datos a los que se acceda de manera remota será mucho más rápida y eficiente, lo que permitirá al contador público de ciertas zonas geográficas trabajar a distancia ya no solo entre estados, sino hasta entre países, quizá incluso de diferentes continentes, aunque de esto dependerán los tratados internacionales.

Las nuevas tecnologías incrementan día con día el uso del Internet para el comercio la venta de productos y servicios diversos, lo que requiere que surjan nuevas especialidades para el contador público digital.

Adaptación y algo más

El contador público es y será por muchos años una figura necesaria, pero tendrá que adaptarse a los cambios actuales y a los que están por venir.

Deberá fortalecer aquellos valores agregados que siempre ha tenido, a diferencia de cualquier app: criterio profesional, experiencia en la interpretación de datos, ética profesional y capacidad de adaptación.

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