Justo en el momento que menos esperábamos nos enfrentamos a un desafío que puso a prueba nuestra adaptabilidad individual y colectiva ante una nueva realidad: la pandemia por el COVID-19.
Desde el comienzo, he escuchado diversas frases que llaman mi atención: “cuando todo esto termine”, “nada será igual después del COVID-19”, “todo será diferente”, “ya quiero salir”.
Palabras que, por un lado, parecieran mostrar una realidad en la que somos prisioneros en un lugar de 4 paredes al que llamamos hogar, y por otro, enfocadas en el futuro, como si el cambio fuera aún lejano, sin percatarnos que ya estamos inmersos en el cambio.
Detente unos segundos y piensa en lo que significa para ti tener un techo donde puedes dormir todas las noches, tener comida, agua, trabajo, familia, salud, incluso el simple hecho de estar vivo.
La lista pudiese ser más larga, pero aún así, parecería ser insuficiente para afrontar una situación que está fuera de nuestro control en esta nueva realidad que se avecina.
Quizá tenemos algunos aspectos controlados, como las recomendaciones sanitarias adecuadas para evitar la propagación del virus dentro de nuestros domicilios, trabajo y actividades cotidianas. Sin embargo, no todas las personas son afectadas por igual.
4 aspectos de nuestra vida afectados por el Covid-19
El aislamiento ha generado un gran impacto en cuanto a nuestro estado de salud física, psicológica, social y económica.
Cómo vivamos esta situación dependerá en gran medida de los recursos personales para hacer frente a situaciones de estrés, ansiedad y malestares emocionales que surgen o se intensifican por el confinamiento.
Cómo nos afecta el confinamiento por el Coronavirus y la nueva realidad que ya estamos viviendo.
El confinamiento por el Coronavirus está causando preocupación por la situación económica, laboral, personal y social de cada individuo, bajo estado de ánimo, ansiedad y preocupación por el desconocimiento del virus y posible infección al mismo, soledad, frustración y miedo ante la posibilidad de enfrentarnos a desabastecimiento de medios sanitarios, pérdida de familiares, y por último, tener una visión negativa del mundo y del futuro.
Problema de salud mundial que genera más depresión y violencia
Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (2020) calcula que más de 300 millones de personas en el mundo tiene depresión, otras 260 millones de personas con trastorno de ansiedad, y por si fuera poco, se estima que el 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual en algún momento de sus vidas (OMS, 2013).
Estas cifras incrementaron con mayor rapidez desde la aparición del COVID-19, dado que el periodo de aislamiento conlleva una serie de consecuencias psicológicas de carácter negativo destacando la presencia de síntomas de estrés agudo, ansiedad y bajo estado de ánimo, así como agotamiento, desapego, irritabilidad, insomnio, confusión y estados de ira ante la frustración y pérdida de los refuerzos habituales (Paz, 2020).
No obstante, (Yao, H., et al. 2020 citado en Rodríguez 2020) señalan que las personas que sufren patología mental previa al COVID-19 tienen mayor riesgo de presentar recaídas o de empeorar sus síntomas en esta situación. La alta vulnerabilidad al estrés de estas personas hará que su sufrimiento pueda ser mayor al del resto de la población. Es por ello que la atención psicológica se debe considerar un servicio primordial en la población.
¿Cómo podemos afrontar los efectos psicológicos por el confinamiento?
Comencemos por aceptar la realidad y confiemos en la capacidad del ser humano de readaptar hábitos y rutinas a las circunstancias que la situación nos exige.
¿Te sientes triste, desmotivado, ansioso/a, enfadado/a?
Sentirse así en una circunstancia tan complicada como la que estamos viviendo, es completamente normal, hoy más que cualquier otro día, podemos sentirnos confundidos, asustados, y preocupados. Sin embargo, si aprendemos a identificar aquellas emociones que encontramos desagradables, podemos aprender a manejarlas, así como entender que nuestros pensamientos impactan en nuestras reacciones emocionales y por ende, influyen en nuestra conducta.
El ser humano cuenta con una infinidad de recursos, y ahora es cuando más los vamos a necesitar. Está en nosotros desarrollar recursos que se encontraban latentes e incluso desconocidos hasta el momento.
Un novelista brasileño llamado Paulo Coelho, nos dice que “las personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar la realidad”, dándonos a entender que sólo conociendo nuestro potencial, podremos transformarnos y motivarnos para crear una realidad más optimista, ya que incluso las experiencias más desagradables podrían tener un trasfondo positivo si se aprende de ellas.
¡Qué el Covid-19 no te detenga, vive la nueva realidad!
A continuación enlisto algunas sugerencias que podrían auxiliarte durante ésta contingencia sanitaria:
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- Reduce el tiempo dedicado a hablar o recibir información del COVID-19, la sobreinformación tiene una influencia directa sobre nuestro estado anímico.
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- Mantente activo.
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- En la medida de lo posible, consume alimentos nutritivos.
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- Conéctate con tus seres queridos, es momento de utilizar la tecnología que poseemos.
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- Consulta con un psicólogo/a y/o psiquiatra, si necesitas un apoyo profesional.
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- Identifica y expresa tus emociones.
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- Establece un plan diario de actividades con metas sencillas.
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- Crea redes de apoyo.
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- Lee un libro.
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- Es una excelente oportunidad para tomar un curso y/o diplomado.
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- Conócete aún más y desarrolla nuevos hobbies, podrías sorprenderte de lo que eres capaz de hacer.
Recordemos que esta batalla se gana colectivamente, y para tener fuerza y salir a pelear, es necesario interiorizar y transformarnos para enfrentar la nueva realidad.
La vida te regala un nuevo día cada que despiertas, tú eliges cómo vivirlo.
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