Errores comunes al crear una propuesta de valor y cómo evitarlos

Imagina que tienes un negocio increíble, con un producto o servicio de alta calidad, pero a pesar de ello, los clientes no terminan de entender por qué deberían elegirte a ti en lugar de a la competencia. Si esto te suena familiar, el problema puede estar en tu propuesta de valor.

Tu propuesta de valor es la esencia de tu ventaja competitiva. Es la razón por la que un cliente debería optar por tu marca en lugar de otra. 

Sin embargo, muchas empresas caen en errores comunes que hacen que su mensaje pierda claridad, impacto y efectividad. 

Una propuesta de valor mal formulada puede hacer que los clientes se confundan, se desinteresen o simplemente opten por otra opción que les parezca más atractiva.

Exploremos los errores más frecuentes al crear una propuesta de valor y cómo evitarlos. Al final, tendrás una mejor comprensión de cómo estructurar un mensaje claro, convincente y relevante que realmente conecte con tus clientes y los motive a elegir tu marca. 

1. Falta de claridad y especificidad

Uno de los errores más frecuentes es que la propuesta de valor no es clara ni específica. Si tu mensaje deja a los clientes preguntándose qué ofreces, cómo lo haces o por qué debería importarles, entonces has fallado en comunicar tu valor real.

Por ejemplo, imagina que tienes una tienda en línea de ropa y tu propuesta de valor es: «Vendemos moda para todos los estilos». Aunque la frase suena atractiva, no deja claro qué tipo de moda vendes, qué te diferencia de otras tiendas o por qué un cliente debería comprarte a ti en lugar de a la competencia.

Una versión más clara y efectiva podría ser: «Ropa sostenible y hecha a mano: diseños exclusivos con materiales ecológicos y envíos gratuitos en compras mayores a $50»

En este caso, el cliente sabe que tu ropa es ecológica, que tiene un diseño exclusivo y que puede aprovechar envíos gratuitos, lo que hace más atractivo el valor de tu marca.

Otro ejemplo: imagina que tienes una panadería y usas una propuesta de valor como «El mejor pan de la ciudad». Esto es demasiado genérico y no da razones concretas para que un cliente elija tu panadería.

En cambio, podrías decir: «Pan artesanal horneado a diario con masa madre y sin conservantes, con entrega a domicilio en menos de 30 minutos». Ahora el cliente sabe que el pan es fresco, saludable y que lo puede recibir rápido en su casa, lo que genera más interés y confianza.

Recuerda usar un lenguaje sencillo y comprensible, evitando tecnicismos innecesarios, destacar beneficios específicos que resuelvan un problema real de tus clientes y evitar frases genéricas como «somos los mejores».

2. Centrarse en la empresa en lugar del cliente

Muchos negocios caen en el error de hablar demasiado sobre sí mismos en su propuesta de valor. 

Frases como «somos una empresa líder en el mercado» no generan impacto en los clientes porque no abordan directamente sus necesidades. La clave es enfocarse en los problemas, deseos y desafíos del cliente.

Por eso, investiga tu mercado objetivo y define a tu buyer persona y enfoca tu propuesta de valor en cómo ayudas a los clientes a alcanzar sus objetivos, siempre utilizando un lenguaje empático que conecte emocionalmente con ellos.

3. No diferenciarse de la competencia

En un mercado con múltiples opciones, no basta con decir que vendes un buen producto. Si tu propuesta de valor es similar a la de tus competidores, los clientes no tendrán una razón clara para elegirte. La falta de diferenciación puede hacer que tu marca se diluya entre tantas opciones

Imagina que entras a una panadería y te dicen: «Vendemos pan fresco y delicioso». Suena bien, pero… ¿qué panadería no dice lo mismo? Si no ofreces algo que te haga especial, los clientes podrían irse con la competencia simplemente porque ya la conocen.

A la hora de generar tu propuesta de valor mira qué hacen los demás (y hazlo diferente). Da un paseo por las panaderías cercanas o revisa sus redes sociales. ¿Venden solo pan tradicional? ¿Se enfocan en lo artesanal? Encuentra lo que falta en el mercado y conviértelo en tu ventaja.

4. No utilizar desencadenantes emocionales

Las decisiones de compra no son solo cuestión de lógica. Claro, la gente busca calidad, precio y beneficios, pero hay algo aún más poderoso: las emociones. 

A veces, compramos un producto porque nos recuerda a la infancia, porque sentimos que nos estamos dando un gusto o simplemente porque tenemos miedo de perdernos algo bueno.

Ahora, volvamos al ejemplo de la panadería. Si tu mensaje es algo frío y técnico, como: «Elaboramos pan con ingredientes seleccionados y procesos optimizados», probablemente no vas a despertar mucho interés. Suena correcto, pero… ¿realmente conecta con alguien?

Una gran opción es hacer que tu cliente se sienta especial. Las personas no solo quieren comprar pan; quieren sentirse valoradas. Un mensaje como: 

«Horneamos cada pieza con cariño, pensando en que disfrutes un momento especial con los tuyos.» le da un significado más profundo a la compra. 

Ya no es solo pan, es un símbolo de compartir, de disfrutar en familia o con amigos.

5. No probar y ajustar la propuesta de valor

Imagina que abres esta panadería en tu barrio con una propuesta clara: «Horneamos pan con ingredientes naturales y sin conservadores para alegrar tus mañanas» Al principio, a tus clientes les encanta, pero con el tiempo notas que las ventas comienzan a bajar. ¿Qué está pasando?

El problema es que una propuesta de valor no debe ser estática. Muchas empresas crean su mensaje inicial y nunca lo revisan, pero los gustos y necesidades de los clientes cambian con el tiempo. Si no actualizas tu propuesta, corres el riesgo de volverte irrelevante y perder clientes frente a competidores más innovadores.

No tengas miedo de probar, ajustar y optimizar hasta encontrar la combinación perfecta que haga que tus clientes se sientan conectados con tu negocio. 

Crear una propuesta de valor efectiva es clave para diferenciarse en un mercado competitivo. Si está bien diseñada no solo atraerá más clientes, sino que fortalecerá la posición de tu marca en el mercado. ¡Asegúrate de optimizarla constantemente y convertirla en tu mejor herramienta de ventas!

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Alejandra González
Alejandra González

Copywriter de contenidos digitales. Comunicóloga y amante de la fotografía.

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