El cliente interno en la era digital

El cliente es la razón de ser de toda empresa. Sin él no hay mercado, sin él no hay empresa, simple y obvio. Pero ¿qué hay del cliente interno?  

Así es, el concepto de cliente va más allá de una venta, es quien mantiene vivo a la empresa, en especial a la hiperconectada o empresa 3.0.

Quién es el cliente interno

El cliente interno es entonces todo colaborador que forma parte de la empresa y realiza una función dentro de la misma, es decir un empleado o colaborador.

Starbucks  y Google son solo algunos ejemplos exitosos de cómo debe manejarse el concepto de cliente interno.

La empresa de la sirena es una de las consentidas en el ranking de Great Place to Work en México, Estados Unidos y Canadá debido a sus horarios flexibles y cómodos para estudiantes, inclusión para gente con necesidades especiales, así como aprendizaje garantizado en áreas relacionadas con administración, manejo de personal y barismo.

Google, por su parte, fue más lejos y replanteó el concepto de oficinas para diseñar espacios creativos en los que sus colaboradores pudieran divertirse mientras trabajaban.

Asimismo, la empresa tecnológica fue de las primeras en manejar el formato de trabajar desde casa (home office), con horario flexible  y con un código de vestimenta relajado.

Creer en lo que se hace

El buen manejo del cliente interno contribuye a desmitificar un criterio dañino manejado aún por algunas empresas: el empleado trabaja solo por un sueldo.

Tu colaborador es un ser humano y como tal no quiere ser visto solo como un medio de producción.

El cliente interno trabajará por algo más que un sueldo. Lo hará porque cree en lo que hace, porque está convencido de lo que dicta la misión, visión y valores de la empresa.

Estrategias de fidelización

Así como una marca piensa en maneras de fidelizar al cliente externo para que vaya más allá de la compra, una empresa puede lograr que el cliente interno (colaborador) vaya más allá de la realización de un trabajo.

Una de las más utilizadas es la de realizar actividades de carácter social fuera de la empresa mediante visitas a sitios de interés como haciendas, museos, restaurantes, bares, entre otros.

Sin embargo, existen diversas maneras de socializar para divertirse y al mismo tiempo analizar si tu cliente interno sabe o puede trabajar de manera colectiva, como en un duelo de paintball o en cualquier competencia deportiva.

No olvides que, aunque sea una competencia o torneo interno, el tono siempre deberá ser amistoso para evitar lo contrario: rencillas y rechazo hacia los compañeros de trabajo.

 

Algo más que dinero

Otra manera de motivar para fidelizar al cliente interno es la estructura del salario emocional. ¿En qué consiste esto? En hacer feliz a nuestro colaborador.

Sí, leíste bien. Como empresa buscamos hacer algo más que vender: solucionamos problemas y brindamos soluciones a quién nos compra, ¿no es así?

Lo mismo debemos hacer con el cliente interno: brindarle felicidad.

¿Cómo hago feliz a mi colaborador? La manera más rápida será demostrando que nos interesa su bienestar.

Entre los ejemplos más comunes tenemos el de dar días libres a quienes cumplen años, adecuar el home office a personas con discapacidad o situaciones especiales, horarios flexibles para estudiantes de cualquier edad, entre muchos otros.

Algunas empresas han llegado más lejos y han implantado guarderías propias para quienes son padres de familia o incluso permiten a sus colaboradores llevar a sus mascotas al trabajo, siempre y cuando estén bien educadas.

Más allá de las estrategias que elijas todo se reduce a tener bien definida la comunicación interna de tu empresa para generar no solo un cliente interno sino un embajador de marca.

Un cliente a fin de cuentas

Tus colaboradores hacen magia todos los días para que la empresa llegue a sus metas.

La empresa de hoy repercute más que nunca en la vida personal de quienes ahí se desempeñan. En especial porque estamos más conectados que nunca.

Nuestro sitio de trabajo es ya una segunda casa. Hagamos entonces que nuestro colaborador se sienta bienvenido, protegido y apreciado para que siempre esté agradecido.

También puedes leer: Embajadores internos: la solución para tu marca

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